Si ser mujer no es facil,ser hombre mucho menos

Posted by Th3kno On 20:06 2 comentarios

Navegando esta tarde he encontrado un articulo muy interesante publicado en Alita de Pollo que me parece una descripcion real de lo que es ser hombre desde niño.Es como la vida misma.Aqui os lo dejo integramente reproducido:

"Muchos anuncios de compresas insisten en la idea de que “Ser mujer no es fácil”. Como targets que son de muchas campañas publicitarias, los anuncios nos muestran a la mujer como a un ser delicado, hermoso y al que cuidar. Pues yo digo…!a los hombres también! No sé en que momento se dedujo que ser hombre era fácil, como “ni parimos ni tenemos la regla”…¿ya está? ¿esos son todos los handicaps que se os ocurren? Pues os recuerdo que desde que salió el primer homo erectus o su predecesor, el hombre ha tenido que enfrentarse a mamuts y esmilodontes (he puesto la palabra en Google para ver si estaba bien escrita y la primera imagen que me ha salido han sido dos gatitos metidos en tazas…) para comer, a otros hombres como él para poder vivir en un territorio, a conspiraciones para acabar con su persona…¡si hasta el, en teoría, hombre más bueno de la historia, Jesucristo, sufrió las putadas de ser un “pelo en pecho” como otro cualquiera!

Hoy en día, gracias a la civilización, la democratización y otras cosas acabadas en -ción, el hombre ya no tiene que luchar día a día por su supervivencia, pero eso no impide que los tíos ( en argot de la muchachada) de ahora tengamos que seguir luchando con los dos grandes demonios de los hombres que han construido la parte más oscura de la historia: nuestras ganas de matar y meter, violencia y sexo.

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La historia según Manara, un dibujante. Violencia y sexo, una detrás de otra.

Aunque ahora nos ha tocado vivir la parte más light de esos dos lastres, los hombres aún convivimos y nos enfrentamos a ellos de una forma u otra. Además, gracias a la escalada social en cuanto a relevancia de la mujer, han aparecido nuevas putadas a la vida del hombre causadas en parte por su culpa ( no quiero decir que esté en contra de la igualdad de la mujer, por si acaso los típicos gilipolllas de “Si ha dicho X es porque piensa Y” aparecen).

  • Violencia como pasatiempo

Mucho me temo que el instinto violento del hombre es algo de lo que nunca nos vamos a poder deshacer. Desde que somos niños convivimos con la violencia física y verbal a todas horas. En la pubertad, cuando empiezan a salir pelillos donde antes no habían y la voz cambia, esta máxima se muestra con todo su esplendor. Aún recuerdo la moda de los calmantes, que consistía en que alguien hacía un gesto con los dedos y, si lo mirabas, el otro tenía derecho a pegarte un puñetazo en el hombro con total impunidad. O nuestra versión del moscardón, juego en el que al desgraciado que le tocaba pasar por en medio recibía collejas de los demás que formaban el pasillo, y si no acertaba quien habia sido el último en dársela, volvía a pasar, y esta vez recibiendo hostias pero bien dadas, con puñetazos en la espalda y cosas por el estilo. Y mientras tanto, las niñas del patio jugando al conejo de la suerte o intercambiándose pegatinas de colores. “Porque ser mujer no es nada fácil…”

Ese amor por la violencia no desaparece con los años, en los que aparece en forma de insultos, motes ofensivos y menciones a la madre del prójimo. Lo de los motes es algo así como el bautismo de fuego en el colegio, por el que todos teníamos que pasar, ya que en caso de enfrentarnos a base de insultos con alguien teníamos que tener la oportunidad de enfrentarnos al otro en igualdad de condiciones. Mofeta (por su olor corporal), napiudo, legañas, casa huele ( porque no se quién fue a su casa y estaba hecha mierda), gitano, Laguarra, pin peludo, (por tener una peca peluda), chepudo, Chernobil (por ser tan feo que parecía un mutante) y, el más elaborado de todos, ya que en una palabra reunía dos insultos: Margaret Castor, porque el tío al que iba dirigido utilizaba una especie de maquillaje para disimularse los granos y tenía dos piñacos roedoriles.

En realidad esta violencia no es más que una etapa de la vida sin consecuencias en la que tienes que imitar esa violencia para ser tratado como un igual, aunque sí que he presenciado y oído casos de ensañamiento con alguien en concreto hasta extremos muy crueles. Ahí es cuando empieza el bullying y el afectado puede acabar muy mal.

De los 20 años para arriba, la violencia casi desaparece de nuestras vidas, con brotes espontáneos que se dan en caso de accidente automovilístico sin heridos, los deportes o las Fallas.

  • El pene, ese ser con vida propia

En una de las muchas conversaciones tontas que tuve durante el Erasmus, muchas chicas del grupo reconocían que les gustaría probar durante un día el tener pene, para saber que se siente. Les parece curioso eso de que se te levante sin ton ni son y tus pensamientos se turben por su culpa. Si que es cierto que es algo difícil de explicar. Es como tener un Alien que de vez en cuando toma conciencia de si mismo, solo que en vez de salirte por el pecho reventándote la caja torácica y matándote, te incomoda e intenta escapar de la prisión de los calzoncillos.

Cuántas veces, mis lectores varones, os habrá pasado que en mitad de una clase, durante una comida o en cualquier momento, el monstruo comienza a despertar, y notas cómo tus pensamientos se desvían hacia imágenes eróticas y demás pensamientos turbadores sin poder evitarlo (o al revés). En esos momentos se dan dos situaciones incómodas, la primera, el tener que “rebajar la inflamación” por pura sugestión mental, haciendo unos ejercicios de concentración que ni el mismísimo Buda.

La otra situación incómoda es cuando, debido a la erectis espontaneus, el pene y sus accesorios se quedan descolocados dentro de los calzoncillos, produciéndose molestos pellizcos e incómodas posiciones que para evitarlos tienes que hacer la nada discreta maniobra de meter la mano ahí abajo y redistribuir todo. Pero claro, tienes que encontrar el momento clave para hacerlo, y eso en mitad de una clase, en la biblioteca o cualquier otro sitio con gente alrededor, se antoja difícil.

A las lectoras alitadepollenses, la próxima vez que en algún sitio público veáis a un chico con expresión de esfuerzo y mirando a su alrededor, con una mano sobre la mesa y la otra fuera de vista, debajo de la mesa, es indudable que está recolocándose el paquete. Pero por favor, no lo miréis con repugnancia, pues realmente el pobre chico está sufriendo. Dejádle acabar su tarea y haced como que nada ha pasado.

La erectis espontaneus también se da en otra situación que viene resumida en esta alegre canción que me enseñaron hace tiempo los monitores de la granja escuela a la que iba hace unos cuantos veranos: ” Todas las mañanas cuando me levanto, tengo la pirula más dura que un canto”. En este caso el reajuste paquetil es sencillo dada la intimidad de la primera meada del día, aunque esta se complica debido a la posición poco apta del pene para miccionar. Las opciones son esperar a que todo se pase o hacer maniobras de contorsionista para no mear el techo.

  • Nula capacidad objetiva para la moda

Chicos, si alguna vez necesitáis hacer un regalo a una amiga, parienta o novia, por vuestra propia seguridad, hacedlo siempre acompañados de personal especializado: hermana, amiga de la cumpleañera, novia otra vez…Creo que un negocio de asesoramiento de compras triunfaría. Vas a la página web en cuestión (www.notengoniputaideaderegalosfemeninos.es ), envias un email con fotos y descripción de la mujer a regalar y una de nuestras azafatas en nómina te asesorará en una tarde de compras. Cuántas veces me ha salvado mi hermana el culo en esos casos…

Así como en ética tenemos el imperativo categórico de Kant para distinguir entre el bien y el mal en caso de duda, los hombres no tenemos ningún referente para distinguir unos bolsos o unos pendientes bonitos de unos feos. Recuerdo la última vez que fuí a comprar un regalo para una cumpleañera. Me había hecho una ligera idea del tipo de joyas que le gustaban durante el año y revisando fotos Facebook, pero fue llegar a la tienda y sentí auténtica ansiedad e impotencia. Miles de joyas y no tenía ni puta idea de qué criterios seguir para escoger. Yo me dejaba llevar por mi hermana ” este es bonito, este no” iba diciendo, mientras yo asentía sin decir nada. No se cómo ni sobretodo dónde aprenden a hacer esas distinciones.

También recuerdo durante mi adolescencia, cuando me disponía a salir a la calle o al colegio a veces me paraba mi hermana o mi madre: “¿pero tu has visto como vas?”. Por lo visto en algun lugar está escrito que el marrón y el negro no pegan pero parece ser que ese folleto solo lo reparten a las mujeres.

Si bien es cierto que con entrenamiento y experiencia podemos aprender ciertas nociones básicas, jamás estaremos a su nivel, además de que una de las putadas del hombre es precisamento eso, no tener ni puta idea.

  • La iniciativa

Gracias a ese juego atrapa-almas llamado Warhammer aprendí el significado de esa palabra: capacidad para dar el primer paso de un proyecto o del punto de partida de alguna acción. No me refiero a la iniciativa desde el punto de vista académico o intelectual, sino al nivel de relaciones sexuales. Ya sea para bajarle las bragas (así, dicho en plan finolis) o para convertirla en tu esposa, el hombre siempre tiene que dar el primer paso. Por eso siempre somos nosotros los que nos damos la hostia.

El hombre es el que tiene que soltar las primeras palabras con las que romper el hielo, utilizar las frases adecuadas, proponer los planes y los sitios donde cenar…todo bajo la indiferente mirada de la mujer mientras piensa ” tu sigue a ver, que si no me gustas te mando a la mierda y que pase el siguiente”. Como en el exámen práctico de conducir, ahi estás tú nervioso al volante mientras la examinadora va apuntando todos tus fallos en la libretita. Si acumulas demasiados, tendrás que intentar aprobar con otra .. Si la relación llega lo bastante lejos llegará un punto en el que la presión por llevar siempre la iniciativa desaparece, pero hay un buen trecho hasta allí. Como dijo AC/DC “it’s a long way to the top if you wanna rock and roll”.

Lo que decia,real como la vida misma.



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2 comentarios:

Hola, interesante el artículo. Comparto mucho de lo que dices pero no estoy de acuerdo en otras muchas. No entraré en detalle porque me alargaría muchísimo. Sólo decir que yo me acabo de leer un libro que me aclara muchas cosas que yo tenía muy confundidas con respecto a lo que significa ser hombre y más. Desde aquí os lo recomiendo. El libro se llama ser o no ser hombre, viaje a la esencia de la identidad masculina. Salud@s a tod@s!!

Buenos días,

He de decirte que en sí sólo el título del artículo no me parece nada certero. Faltaba menos, ser hombre mucho más complejo que mujer? Siento decirlo de este modo, pero hay que pensarlo más y no es tal y como indica tal título, y no se trata por el hecho de que yo sea mujer, eso dejémoslo de lado. Simplemente cualquier persona racional, si lo piensa en detalles, los problemas y dificultades de ser mujer son mayores.

No he comentado nada respecto al contenido de este artículo, simplemente me refiero al título.
Saludos.

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